Las cuevas de Altamira se consideran la Capilla Sixtina del arte paleolítico. Esta cavidad rocosa, descubierta por Modesto Cubillas hacia el año 1868, es el primer lugar del mundo en el que se identificó la existencia de Arte Rupestre del Paleolítico superior.

La cavidad se encuentra en el interior del recinto del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, donde se puede visitar la Neocueva, una réplica de las originales que por motivos de conservación tienen las visitas restringidas.